Las cicatrices son el resultado del complejo proceso de reparación de la piel frente a alguna lesión accidental o intervención quirúrgica.
El proceso de cicatrización tiene distintas etapas, donde son relevantes desde el primer aseo y cierre de la herida aguda, hasta el momento en que está en la fase de remodelación meses después de la lesión, que finalmente va a llegar a su estado definitivo.
Durante todas estas fases es importante el tratamiento preventivo de cicatrices patológicas o inestéticas; y una vez que ya tenemos alguna de estas alteraciones, es necesario tratarlas adecuadamente.
El tratamiento de las cicatrices va desde la terapia médica que consiste en general en medidas compresivas, lubricación, masajes y uso de bloqueador solar para evitar la hiperpigmentación; hasta el tratamiento quirúrgico, donde se puede resecar la cicatriz y rehacer, o puede modificarse la orientación de ésta logrando un mejor resultado estético y funcional, como en el caso de los pacientes quemados, donde es muy frecuente el uso de zetaplastias.